Mientras olia la calle, todo se olvidaba, fugaces mis desalientos, todo emborronado, barrido y mezclado cual opaco cristal apelmazando la realidad en defenestrares absurdas,habia ganas ,pero la decepción las superaba amplia y amablemente.
Como me lance al vacío, en medio de la lluvia sintiéndome parte de la catastrofe más efimera, como me podría haber permitido tener el valor de olvidarte y al mismo tiempo haberme olvidado del mundo, como si todo fuese un éter único y global
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