El gato negro se iba alejando,había destrozado la correa base de mordiscos, maullaba cuando me arañaba entre pecho y zarzales, heridas en brazos marcados y cicatrices de locuras banales, centelleante su infanticidio, ira y calor en palabras modestas y hechos superpuestos, callaba mientras la realidad le abofeteaba los bigotes, quería arrancarlos de la rabia acumulada, pero entonces dos esferas verdes me hacían venderme al silencio.Teníamos un pacto de silencio, indiferencia y marcas de pelea notables.
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