Ya van siendo dos años en los que la coraza se vuelve transparente como una generación de cristal enamorado del grafeno, se abre, se siembra y vuelve a cicatrizar junto el aporte de calcio proveniente de Marte.
Es la sensación del estatismo que avanza, lento, pero avanza, como una constante de que lo que vendra después será la gran explosión de "vicdrogeno efectista".