Hubo un tiempo en el que el valle tenia un rió, postrado en un vórtice de fuego embalsamado en cicatrices de hielo seco, esperando y esperando cuando era yo el que había dado la orden de huir y no volver, la casualidad es pureza ,vista suicida y meridiano de Greenwich a la altura de "hellow, welcome", repetido sin azar, solo por puro placer de azúcar y azuzar.
Entorno la vista y me quedo pensando, quieto, en silencio, una marca de la piel compartida, sin intención cuando la acción conlleva muerte y resurrección, frondosos y oscuros ojos se cruzan en esta historia de una trayectoria que se mueve vertiginosa en paradas exhumadas de niebla mentolada y olor a sándalo secuestrados por poetas con disfraz de cangrejo.
domingo, 5 de mayo de 2019
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