Es casi medianoche cuando llego de "incógnito" a tu dirección. El anonimato es el recurso favorito a mis ganas de juego y tu "dispersión" de calor. Llamo a la puerta oculto en las sombras, intentando ser invisible, evitando a los testigos a toda costa. Tengo el misticismo, tu adentro la hierba para quemar, como fue el acuerdo previo.
No es necesario el prólogo en esta historia, olvida las palabras en paralelo al pesimismo. El contrato afirma que es la penúltima, de la penúltima vez, de la penúltima en escala cuántica
El humo se extiende, afina los sentidos. Toco tus senos, tus nalgas, tu calientas tus manos sobre mi pantalón. Te busco los labios, el único lugar vetado, tu mueves tu cuerpo en señal de aprobación.
Imagino mi cabeza entre tus piernas, no busco redención, soy un pasajero sin boleto, un "partisano" sin devoción.
Nos peleamos entre sombras bajo el cielo quién merece el infierno. Tu que ya no eres la misma, yo que soy un poco mejor.
Aun tenemos el veneno, delicioso y "tóxico" que te quema por dentro entre la conciencia y la casualidad.
