martes, 18 de junio de 2013

Voces.


Confundido en un laberinto de prohibidos, guarde silencio, soportando las tiranías de jueces sin sentido del humor.
 Falsos profetas redimidos que contaminan la inocencia, mancillan la libertad. Milicia de cobardes guerreros que se venden por un adorno en la solapa.

Me tuvieron en detención algunas veces, con grilletes en el pecho, con el infame indice escribieron en la frente: peligro, asesino en cautiverio. Se lee todavía en algunas ruinas de la ciudad amurallada, los estigmas que dejo el acercarse a dios sin hipocresías como escudo protector.

Fui exiliado a la menor provocación en la intemperie del mundo. Desnudo, frío y solo recorrí las pistas de seres divinos proscritos, chamanes que se dignaron a escuchar cada palabra de mi entumecida voz bailaron al unisono. Condenado a caminar disfrazado por caminos hechizados me hice de aventuras sin perder las manos, un poco la cordura. En calabozos encontré fuerzas de adición, suspendidas en perfectas señales de humo.

Renegado, con la fe hecha añicos, dibuje en paredes las noches de luna llena. Nade en saliva de dragón, la muerte nunca me encontró llorando, crecí para ver por encima del muro que atraviesa mi conciencia un poco mas allá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario