martes, 16 de agosto de 2011

Pom pooom

- ¿Te puedo pedir una cosa?
- Sí, dime
- No te acostumbres a mí.
- ¿Cómo?
- Que no te acostumbres a mí, ni a mi risa, ni a mi hiperactividad matutina, ni a mis sonrisas en esos momentos, ni a mis besos, ni a mi olor. No te acostumbres a que tenga pequeños detalles, ni que hablemos de tus problemas, ni a que te escuche con atención. No te acostumbres a como te miro o te dejo de mirar, no te acostumbres a mis mejillas rojas como un tomate cuando te ríes de mí, ni te acostumbres a mi rabia, ni a reírte de las cosas que digo. No te acostumbres… en serio.
- ¿Y eso a que viene?
- A nada simplemente algún día me cansaré, me iré y echarás de menos a esas cosas si estás acostumbrada y me odiarás, por todo el tiempo que invertí contigo para luego partir... Y te odiarás por no haberme dicho todas las cosas que algún día quisiste decirme y pensabas que tenias tiempo para explicarme.

2 comentarios: