La sonrisa más amarga es aquella que regalas y que regalaras sabiendo que hay un telón de fondo, rojo cobrizo, como las hojas que caen en días grises-como leones mudos rugiendo y apagados- de un cáncer otoñal dando paso a un mortal invierno lleno de grietas y calores objetivos.
Con el tiempo me voy dando cuenta de que solo hubo a alguien a quien deje marchar y no se rindio por falta de criterio a sabiendas de que era lo mejor para ella, el resto no os dejare ir, os iréis por vuestra falta de interés y compromiso, como crepúsculos en la Antártida .
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