martes, 21 de marzo de 2017

A quien madruga ,Dios no existe.

Parecía revolverse en su arduo recuerdo, templada intensidad, incesante despertar.

Pero ocurrió lo que el destino no podía esperar, el destino simplemente entro en una paradoja multilateral.

Recordemos como sucedió:

El entro en una sala, por supuesto con los ojos vendados, a ciegas, como hacia últimamente, y lo único que descubrió eran voces, unas voces que habían cambiado demasiado, volviéndose oscuras, voces que pendían de hilos ajenos-tentado de arrancarse la venda-, se desmayo repentinamente del shock.

Empezó abriendo los ojos delicadamente mientras una voz conocida volvia  ante su ser, pero no era hoy sino ayer con tintes del mañana terminando.

Una luz se INCENDIO  dejando entrar el sol, cegándolo de nuevo, en cuanto se acostumbro a tal fogonazo lo que vio lo dejo tan mudo que nunca volvió a saludar a sujeto ni predicado, simplemente llamo a las tildes y se fueron de forma fugaz cabalgando sobre la H muda.

Oniria e insomia se había transformado en aquel monstruo carente de latido, no quería volver, ya no, no quería mirar atrás, no quería tener más pesadillas sin despertar.

Hasta aquel momento seguia sin saber como censurar sus reacciones-quimicocerebrales sin dejar de asesinar a Kasparov en una de sus partidas de ajedrez en el centro del cerebelo.

Y sin embargo después de dejar tanto cadáver sobre un tablero de madera podrida, se habia convertido en un ser libre.

Y me preguntaba como después de tanta violencia en silencio podia sentir la libertad de amar aquello que estaba apunto de soltar por falta de fe.

Y rodar y rodar.


Como ya dije, el camino se bifurca y la tierra es redonda, pero ahora, he eliminado la gravedad.

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