martes, 26 de agosto de 2014

"Conexión Grafton Street"

Probablemente nuestro destino estaba escrito mientras sin saberlo, nos cruzábamos en calles paralelas, entre cabellos de surcos oscuros y destellos de un color dorado amaneciendo, levantabas la cerveza en el pub mientras en Temple me agitaba al ritmo de la música en vivo a lomos de Guinnes y un espíritu joven encendía una cándida locura a aquellas noches que sufragaron un verano de dinamismo.

Imagino el retroceso de las imágenes como un rollo de película en el que dos personas se cruzan a cámara lenta y sus hilos se estiran sin romperse, como en la leyenda del hilo rojo japones,alargándose y alargándose , enredándose hasta en mil y una cuadraturas y formas distintas pero sin quebrarse llegando al infinito.

Las imágenes de dos personas ignorando  bajo la lluvia y con el ajetreo bullicioso de nubes grises y miradas cóncavas, su porvenir un año después, despacio, pensando, imaginando, quizá soñando pero sin dejar la realidad a un lado.

"Tu y yo nos hemos conocido  gracias a que nuestros destinos jugaban al escondite hasta que uno de ellos se canso de esconderse y le dio un beso en la mejilla al otro sin previo aviso"

Vivimos el presente con conversaciones que a veces dan "play" al diferido:"y si esto, y si aquello"

Ahora que estas aquí deseo con mucha fuerza que te quedes como llevas tiempo haciendo, deseo que te unas más a  mi, lo quiero todo, pero también soy consciente de que es el tiempo el que si luchamos lo hará realidad, quédate aquí conmigo, quiero cerrar los ojos y darle al guardar para no dejar de verte ni con los ojos cerrados.


Te pediré que cuando vengan malos tiempos, peleas, dudas, quizá otros cuerpos que acechen, no te vengas abajo ni me abandones .
 Caeremos   para luego levantarnos con más fuerza, con más ímpetu;
"No es más fuerte el que nunca cae sino aquel que se cae y se vuelve a levantar aun sabiendo que puede volver a caer de nuevo"



He descubierto cosas contigo que jamas habría descubierto con nadie,entre otras un corazón enorme  para el cuerpo tan pequeño en el que esta, pero soy de los que piensan que los corazones vagan como un espiritu levitando por el mundo y en este me basta con el tuyo...

Ahora estas en mi, en un pequeño rincón de Suiza, en cada calle, en cada cama de Bilbao, en cada acantilado del cantábrico, abrazare esos recuerdos en un suspiro que congelare para la eternidad evocando cada roce de mis yemas como surcos que atraviesan distancias efímeras.


Me acompañas en este camino?