domingo, 6 de noviembre de 2011

Paradise

Mi octubre devaluado se roba la magia
y la atracción por sus tonos tan complicados,
nunca hubo reversa
perdí el rumbo con tanto cuento,
recibo el recuerdo esta vez sin contrato
para afianzarme de contrabando
y regalarme una luna y conservarlo.

Dos cartas se perdieron en el armario
en el descontrol de mis arrebatos
la licencia la extravié en algún lado
aun duele el sabor a milagro
en la ausencia, en su caricia precipitada.

El sello adulterado sigue intacto,
nueve notas han sonreido a la lluvia de Domingo
su veracidad se consume en tazas de café
y aun con todo no existe nada como ese desvelo
y el brillo de su piel.